Puedo decir que mi entrada en la música fue media compleja, llena de angustias y miedos. A pesar de haber tenido contacto con ella desde niña, ya que mi papá siempre tocaba su guitarra acústica y yo jugaba con un pequeño órgano que alguna navidad nos regalaron, nunca profundicé en ella, y no fue hasta que vi a mi hermana Kathe tocar su saxofón en los escenarios limeños, que realmente tomé conciencia de lo que había estado ocultando por años.
Ya para ese entonces solíamos frecuentar los lugares donde podíamos encontrar jazz y funk y, a pesar de que siempre me llamó la atención el bajo, las primeras clases de música que recibí fueron de guitarra.
Bueno, no pasó mucho tiempo hasta que decidí gastar toda la plata que tenía ahorrada en arreglar un bajo que me habían regalado, le compre cuerdas, pastillas y solucioné el problema eléctrico.
Desde ahí tengo la suerte de haber encontrado mi instrumento y seguir chambeándolo. Digo que ésta entrada fue complicada por las dudas que en ese momento tenía. Estaba a la mitad de una carrera universitaria y sabia que la música era mucho más que un hobbie; al menos no quería caer en eso, ni tomarla a la ligera y dejarla después de unos meses. Tenía miedo de muchas cosas más que he ido entendiendo con el tiempo, como que la edad para empezar a tocar realmente no importa (porque yo empecé a los 21 años!) y que lo mas importante no es romperla sino poder transmitir con lo que tocas (recordemos a Bob) tanto al público que te escucha, como a los otros músicos con los que compartes el espacio y a ti mismo.
La primera oportunidad seria que tuve para dejar de tocar en mi casa y salir, fue con la orquesta de jazz, Jazz House Perú. Con ella entré al mundo de los conciertos y de las pruebas de sonido, cosa que me fascinó. Mas tarde con “Chullo” tuve la increíble experiencia de trabajar en un equipo mucho más personal. Yo construyo mis propios bajos y hago que maduren ensayo tras ensayo, tratando de encontrar un sonido propio que al mismo tiempo mantenga la personalidad del grupo.
Me parece que en el poco tiempo que tenemos tocando bajo el nombre de CHULLO, ya se ha creado una conciencia que nos une fuertemente. La idea y concepción que los cuatro tenemos acerca de la música es similar; compartimos las mismas inquietudes y sueños, y sobretodo disfrutamos de muchas ganas para seguir trabajando.
lunes, 12 de noviembre de 2007
Mis inicios musicales (Ale)
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